Diálogos con el Teatro: «Los muchachos dentro y fuera de la escuela»

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SEGUNDA PARTE

Los niños se tapan de nuevo la cabeza y se acuestan otra vez, a la vez que Juanito le dice a su hermano:

JUANITO:
¡Oye, enano! Échate ”pal” otro lado, que a mí no me dejas sitio, y sin sitio yo no puedo dormir, además ya sabes que para eso soy el mayor ¡El más Gigante!
BALTASAR:
(Arrimándose un poco más a su hermano le dice:) Fresco, que eres un fresco, tú como eres Gigante, piensas que esta cama es sólo tuya y me quieres echar a mí fuera de ella, además mira, todavía no se ve… y a mí me da miedo.
JUANITO:
Oye enano, ¿Qué hora crees tú que será? Porque para que nos llame mamá tan temprano… o tenemos que ir al campo con ellos… o es verdad que anda el lobo… o es cierto que tenemos que ir a la escuela. ¿Tú… qué hora crees que será?
BALTASAR:
¡Anda el otro…! ¿Para qué me preguntas a mí la hora? ¡Si el que tiene reloj eres tú…! Parece que el tío Alberto no tiene más sobrinos que tú y cuando vino de Barcelona sólo te trajo a ti un reloj… Pues ahora dime tú a mí qué hora es ¡No te fastidia el Gigante este lo fresco que es…!
JUANITO:
Calla enano, calla, que a ti también te trajo algo… Y si te trajo algo… es porque también se acordó de ti y también te quiere mucho. Jajajaja jajajajajajaja
BALTASAR:
Vaya cosa que me trajo… una bolsa de caramelos, que encima… los comisteis vosotros porque a mí no me gustan. Y tú enseguida dijiste: (Burlonamente) “mamá como al enano no le gustan los caramelos, me los como yo”. Menos mal que mamá te dijo que le dieras uno, porque si no, ni los prueba.
JOSEFINA:
(Al pasar por la habitación, los oye y les dice:)
De noche… De día… relojes… caramelos, acuéstate y levántate
(con rabia, agarra de nuevo las mantas, las echa para atrás y los levanta de la cama)
¡Ah! Pero os habéis acostado vestidos… ¡pues mirad qué bien…! así tardaremos menos… ¡Venga! ¡Rápidos! Un poco arrugados sí que estáis, sí, pero también estáis limpios
(les lava un poco la cara, los peina, agarra a cada uno por una oreja y les dice:)
¡Sentaros en la mesa! que ahora mismo os pongo el desayuno.
(Los niños se ríen y se sientan encima de la mesa. La madre aparece con dos tazones de leche y al ver la escena, deja los tazones en cada silla y les dice:)
¡Chicos! Como la mesa está ocupada, os dejo el desayuno encima de las sillas, Voy a echarle de comer al marrano, cuando vuelva ¡No quiero encontraros aquí! y daros prisa, que ya es muy tarde.

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Un comentario:

  1. Miguel Alfonso Licarión

    Esto parece como cuando escuchaba, «Matilde, Perico y Periquín» en la radio y te quedabas con ganas de saber cómo sería la historia del próximo jueves, creo que era los jueves, ¿os acordáis alguno de vosotros de este programa? Lo patrocinaba «aquel negrito del África tropical que cultivaba el Cola-Cao«.
    Espero el final de la historia.
    Saludos.

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