Diálogos con el Teatro: «Los muchachos dentro y fuera de la escuela»

« Leer segunda parte

TERCERA PARTE

JUANITO:
(Al bajarse de la mesa, da un traspiés y tira su desayuno, coge el tazón de Baltasar, le da un sorbo y corriendo le da el tazón a su hermano diciéndole:)
Es de Hermanos repartir la comida y corre, ¡Date prisa…! que mamá no quiere vernos aquí cuando vuelva, y como no ha dicho que vayamos a la escuela, pues hoy no vamos… pero corre date prisa.
BALTASAR:
Juanito, que mamá dijo que teníamos que ir a la escuela… Que no quería que llegáramos a ser tan burros como son ellos y que no llegáramos tarde.
JUANITO:
¡Pues burros… sí que son, sí! (Sonriendo) Bueno, más que burros… Diría yo que son un poco zoquetes, pero como son nuestros padres… ¡Nosotros los queremos igual! ¡Pero qué tonto eres! Dijo: ¡Que no nos quería ver aquí cuando ella volviera…! ¡Así es que vámonos a pardales y así ya no nos ve! ¡que si nos ve cuando ella vuelva luego se enfada!
BALTASAR:
¡Ah! Pues entonces vámonos… Y que no se enfade, porque el otro día que le dije que había visto con pantalones a la hija del tío Pancracio y que tenía un (SEÑALANDO EL CULO EXAGERADAMENTE) cuuulo, así patrás… Qué vaya cuuulo que tenía, ¡que estaba más fea que ni sé!, además, de que si ella llevaba los pantalones, uno se puede imaginar que, en esa casa es el hombre el que lleva las faldas. Se enfadó mucho y me agarró por una oreja diciéndome que no se criticaba a nadie. ¡Así es que, es mejor que no se enfade! Porque si se enfada… ¡Vete tú a saber por dónde nos agarraría ahora! Vámonos, vámonos. Oye Gigante, y ¿para dónde marchamos a cazar los pardales?
JUANITO:
He pensado, que como el maestro estará en la escuela, hoy, es el mejor día para ir a su huerto, tiene muchas lilas y así cuando volvamos a la escuela, le llevamos unas cuantas varas para que (HACIENDO ADEMANES DE PEGAR CON LA MANO) castigue con ellas a los chicos, a nosotros no nos dará con ellas porque como se las llevamos… y ahora él no está por allí! Mira si se enfadará mamá, que el otro día, se enfadó mucho conmigo, solo porque le dije, que la hija del tío Enrique la había dejado el novio preñada y que ahora ya no eran novios… Me agarró por una oreja, me la retorció bien y me dijo, que no se me ocurriera dejar a ninguna chica en estado, porque me casaba con ella aunque no la quisiera… Y desde entonces me pregunto que, ¿Qué estado será ese? Enano, tú no sabrás que estado es ese ¿verdad? ¡Porque para que te tengas que casar…!
BALTASAR:
(CARA DE CIRCUNSTANCIAS) Pues… Según el anterior maestro, me acuerdo cuando me dijo que el carámbano de los tejados era agua en estado sólido, yo que no, que aquello era carámbano como el de las charcas, él que sí, que aquello era agua en estado sólido y yo que no, al final, tuve que darle la razón, ¡porque la vara la tenía ya bastante cerca de mí! Si no… ¿De qué le daba yo la razón, cuando no la tenía? Y es que el maestro, de libros sabría mucho… pero de estas cosas del pueblo… los maestros no tienen ni puñetera idea de nada ¡mira que decir que el carámbano es agua en estado sólido…! También sé, que España es un estado y Francia también lo es y muchos países más, pero no creo que una muchacha sea un estado, aunque… espera, espera, porque el otro día, la tía Ruperta le estaba diciendo a la tía Ambrosia, que la hija del tío Enrique estaba en estado y digo yo… Seguro, seguro, que si estaba en estado no estará preñada… Es que la gente habla para que no se le entienda… entre (BURLONAMENTE) ¡Caraicho, a ver si tienes más cuidado! ¡No ves que hay ropa tendida! Luego, uno mira para todos los lados y no ves ropa colgada por ninguna parte, es que lo que te digo Gigante, ¡la gente mayor, habla para que los chiquitos no le entendamos! y claro, así ¿cómo vamos a aprender? ¡Vámonos Gigante! ¡Vámonos! Que has tenido una idea genial, claro que… por eso eres el más gigante de los dos y esos cuentos de grandes, se lo dejamos para ellos.
JUANITO:
Oye enano, ¿tú crees que el Domingo entrará a misa la hija del tío Pancracio? Porque como la vea el Sr. Cura que lleva pantalones, seguro que no la deja entrar… (BURLONAMENTE): Las mujeres tienen que entrar a la Iglesia bien tapadas… Y con velo en la cabeza (DESPECTIVAMENTE) y luego, los hombres… se quitan la gorra… y el sombrero para entrar en la Iglesia… ¡la verdad que no lo entiendo! Y dicen que la hija del tío Pancracio lleva los pantalones también de noche, que se quita unos y se pone otros… ¡Yo no lo entiendo Enano, no lo entiendo!

Leer cuarta parte »

Un comentario:

  1. Miguel Alfonso Licarión

    Esto parece como cuando escuchaba, «Matilde, Perico y Periquín» en la radio y te quedabas con ganas de saber cómo sería la historia del próximo jueves, creo que era los jueves, ¿os acordáis alguno de vosotros de este programa? Lo patrocinaba «aquel negrito del África tropical que cultivaba el Cola-Cao«.
    Espero el final de la historia.
    Saludos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *