DECIMOSEXTA PARTE
Josefina y Doroteo entran en casa, ven que los muchachos duermen, el gallo sobre la mesa, los huevos en el suelo.
- JOSEFINA:
- Es que me dan ganas de levantarlos y hacerles recoger todo esto, pero si hasta el gallo que me quedaba para las Navidades está aquí muerto… Si no fuera porque son chicos…
- DOROTEO:
- Bueno, bueno… que lo de recoger la casa… son cosas de las mujeres… Y en cuanto al gallo, lo guisas y mañana lo comemos.
- JOSEFINA:
- (UN POCO ENFADADA) Pues mañana… ¡vas tú solo al campo, que eso también es cosa de los hombres y os acompañamos las mujeres! Yo… me pasaré por la escuela para decirle al Sr. Maestro, el motivo por el cual no fueron hoy los muchachos a la escuela, tengo algunos huevos ahí y le llevaré algunos, así nos va conociendo a los vecinos, que el hombre parece muy buena persona.
- DOROTEO:
- Deja, deja mujer, mañana tu guisa el pollo, que como yo paso por la escuela, poco me cuesta a mí saludar al Sr. Maestro y llevarle lo que haga falta, además he encontrado por ahí unas varas muy apropiadas y de paso se las llevo.
(Doroteo llega a la escuela y toca la puerta, la abre el Sr. Maestro,lleva consigo algo y también unas varicas).
- DOROTEO:
- Buenos días D. Rodolfo, Soy Doroteo, el padre de Juanito y Baltasar… venía a conocerle, y de paso le traigo esto que me dio mi mujer para Vd. y le quería decir, que los muchachos ayer no vinieron a la escuela porque los tuve conmigo todo el día, también encontré estas varicas y pensé… «pues estas le vienen muy bien a D. Rodolfo» y aquí se las traigo también.
- DON RODOLFO:
- :¡Hombre…! que hoy no es el día de los Santos Inocentes Doroteo, que sus hijos han venido todos los días a clase, no sea Vd. así, hombre, que ayer también estuvieron.
- DOROTEO:
- (Un tanto asombrado) ¡Mis hijos! Imposible, D. Rodolfo, mis hijos han estado conmigo toda la mañana y por la tarde estuvieron con las ovejas, se lo digo yo que estuve con ellos.
- DON RODOLFO:
- (Un tanto desconcertado y oliéndose lo que pasaba dijo) Pase Vd., Doroteo, pase Vd. a la clase, a ver si nos podemos enterar de lo que pasa aquí dentro.
Entran en clase, y los NIÑOS se ponen nerviosos, Timoteo intenta marcharse, pero D. Rodolfo lo detiene.
- DON RODOLFO:
- A ver NIÑOS, conocéis todos a este Sr. ¿verdad?
- LOS NIÑOS:
- Sí, Sr. Maestro, es el papá de Juanito y Baltasar.
- DON RODOLFO:
- A ver Timoteo, dinos en voz alta y clara, quiénes son los NIÑOS que ayer no vinieron a la escuela.
- TIMOTEO:
- (Un poco atragantado dice) Pues los que ayer no vinieron… Los que no vinieron ayer, son los hijos de este señor.
- DOROTEO:
- Ve D. Rodolfo, si se lo he dicho, mis muchachos estuvieron conmigo y ayer no estuvieron en la escuela.
- DON RODOLFO:
- No se preocupe Doroteo si ya sé que no estuvieron, pero espere verá (ALZANDO LA VOZ LLAMA AL NIÑO) Timoteo, ya sé que los niños que no vinieron ayer son los hijos de este Sr. pero dinos cómo se llaman.
- TIMOTEO:
- (Cada vez con menos voz dice) Se llaman… se llaman Juanito y Baltasar.
- DON RODOLFO:
- Por lo tanto, son los niños de este señor, los que ayer ni antes de ayer vinieron a la escuela ¿no es así?
Esto parece como cuando escuchaba, «Matilde, Perico y Periquín» en la radio y te quedabas con ganas de saber cómo sería la historia del próximo jueves, creo que era los jueves, ¿os acordáis alguno de vosotros de este programa? Lo patrocinaba «aquel negrito del África tropical que cultivaba el Cola-Cao«.
Espero el final de la historia.
Saludos.