NOVENA PARTE
La mesa, cuatro sillas, la mesita que hace de fogón, la jarra con leche, la cesta con pan, una cazuela de barro y dos tenedores, en una esquina la habitación de los niños, donde hubiera estado antes.
(llegan que da pena verlos, la camisa rota los pantalones con algún siete, manchados de sangre por todos los lados etc.).
- JUANITO:
- Oye Baltasar, tenemos que comer la comida que nos dejó mamá en la fresquera, menos mal que le echamos de comer los pardales al marrano y así ya le dimos de cenar, ahora comemos nosotros y también cenamos, porque dijo mamá, que hoy ellos vendrían tarde y como también estamos cansados, nos acostamos a dormir y cuando vengan papá y mamá ya estaremos dormidos y no nos andan preguntando nada, porque cuando preguntan… se ponen más pesados… que la piedra del molino cuando no muele.
- BALTASAR:
- Lo que tú digas Juanito, lo que tú digas, pero… ¿Le decimos a mamá dónde hemos estado hoy, y que cortamos unas varas de las lilas del huerto del Sr. Maestro y que se las vamos a dar para que castigue a los niños que se porten mal en la escuela?
- JUANITO:
- ¡Ni se te ocurra enano, ni se te ocurra! Que si lo haces… por las noches vendrá la bruja, te cortará una oreja y poco a poco te irá dejando sin nada. Así es, ¡que tú verás lo que haces…! Jajajajajajjajajajjaja ¿Sabes de qué me estoy acordando? De cuando metiste el gancho por aquel agujero para sacar el pardal (CARA DE ASCO, DE MUCHO ASCO) y lo que salió fue aquel culebrón que casi se te pone de bufanda, jajajajajaja ¡Dios! ¡Qué culebrato! Yo no sé cómo podía estar metida en aquel agujero tan chiquito, con lo grande que era ella. ¡Qué asco! Luego… Cuando la agarraste con la mano y se te enroscó en la muñeca… Tú que la querías tirar para el pozo… Ella que no se soltaba… total, que si no llega a ser porque te di con aquel palo, aún estáis allí los dos, la culebra y tú.
- BALTASAR:
- ¡Oye Juanito! Eso no era una culebra, ¡Que eso era… un bastardo! ¿no viste que tenía pelos en el lomo? Oye… Y tú que eres tan grande y muy Gigante… ¿Por qué te asustan tanto esos bastardazos? ¡Anda que…! (GESTICULANDO CON LAS MANOS A LA VEZ QUE JUANITO VA SACANDO ALGO PARA COMER SENTANDOS LOS DOS A LA VEZ QUE COMÉIS ALGO) ¡Menuda ayuda la tuya Gigante…! ¡Menuda ayuda la tuya! Encima me das con el palo en la muñeca… ¡Menudo muerdo que me pegó! ¡Menos mal que no son venenosas! Oye, pero ¿viste cómo quedó cuando cayó al pozo? ¡Cómo se enroscaba! Seguro, seguro… que la sacará con el caldero el nuevo maestro. Bueno… Si es que puede meter el caldero, porque con la cantidad de piedras que le tiramos para el pozo… Oye Gigante… (ENSEÑA LA MANO POSTIZA A LA VEZ QUE DICE) Mira cómo se me ha puesto la mano y eso que cuando me mordió el bastardazo ese… Me entró ganas de orinar y mee en la mordedura, porque si no, no quiero saber ni como se me habría puesto la mano.
- JUANITO:
- Jajajajajaja, Jajajajajaja, pues sí que se te ha hinchado sí, ¡a ver que le decimos a mamá mañana cuando te vea la mano! Jajajajajaja bueno… ¡Ya lo tengo! ¿No dices que no quieres ir a echarle de comer a las gallinas por que el gallo se te tira…? Pues mira ¡Ya te picó! Ya sabes lo que tienes que decir… ¡Que el gallo te ha picado! (VUELVE A MIRARLE LA MANO A LA VEZ QUE LE DICE) ¡Pues menos mal que le measte! Enano… Menos mal que le measte, ¡porque hay que ver como se te ha puesto la mano! ¡Si ahora parece más, la mano de papá!
- BALTASAR:
- Gigante, no creo que pase nada, porque papá dice que, cuando pican las avispas se hace una cataplasma con barro y meado, se aplica a la picadura y ya no duele… y a mí doler… no me duele, lo que pasa es, que cada vez se me hincha más la mano. ¡Anda que cómo se entere mamá…! ¡Vámonos ya a la cama…! porque si no… nos pillan aquí.
(Ya han cenado, se quitan la ropa dejándola tirada por la cocina, se acuestan juntos a dormir, Juanito se pone en la mitad de la cama).
Esto parece como cuando escuchaba, «Matilde, Perico y Periquín» en la radio y te quedabas con ganas de saber cómo sería la historia del próximo jueves, creo que era los jueves, ¿os acordáis alguno de vosotros de este programa? Lo patrocinaba «aquel negrito del África tropical que cultivaba el Cola-Cao«.
Espero el final de la historia.
Saludos.