DUODÉCIMA PARTE
En el escenario se deja todo lo necesario para la escuela.
- D. RODOLFO:
- Hola niños, buenos días.
- TODOS LOS NIÑOS:
- Buenos días tenga Vd. Sr. Maestro.
- D. RODOLFO:
- (Da una vuelta alrededor y nota la falta de los niños, entonces dirigiéndose a su mesa saca el libro de las faltas y pregunta:) ¿Cómo se llaman los niños que no han venido hoy a la escuela?
- TIMOTEO:
- Sr. Maestro, los niños que no han venido hoy a la escuela son los mismos que no vinieron ayer, Antonio y Luis .(Antonio y Luis miran a Timoteo, pero este les sigue amenazando con el puño cerrado y la boca apretada. El resto de los niños miran a Timoteo, con la mano para arriba y para abajo y un tanto picaros se sonríen).
- D. RODOLFO:
- (Coge el libro de las faltas y dice en voz alta). Entonces hoy 22 de Septiembre los niños Antonio y Luis no han venido tampoco a la escuela ¿no es así?
- TIMOTEO:
- Sí, así es Sr. Maestro, AAntonio y Luis hoy tampoco han venido a la escuela.
- D. RODOLFO:
- Atención niños, ayer hemos trabajado con las matemáticas, hicimos prácticas de sumar… Hoy vamos a seguir trabajando con ellas, pero hoy vamos a hacer prácticas de restar… Por lo tanto… A ver Timoteo… tú que eres el mayor, 5 menos 2 ¿Cuántas son?
- TIMOTEO:
- Pues 5 menos 2… 5 menos 2… Pues 5 menos 2 son, 25 ¿A qué sí, a qué son 25 Sr. Maestro?
- D. RODOLFO:
- Pues sí Timoteo sí, un 2 y un 5 sí que tiene, sí, ¡vamos a ver muchacho! sal al encerado y se lo explicas a todos los niños, para que ellos también vayan aprendiendo, coge la tiza para escribir y el trapo para borrar y empieza 5 menos 2 ¿Cuántas son? Pero también tienes que dar la explicación.
- TIMOTEO:
- (Coge la tiza y el trapo y se acerca al encerado). Verá Vd. D. Rodolfo, si tenemos un 5 y a la izquierda se le pone el número más pequeño que es el 2, resulta que hace un número que es 25.
- D. RODOLFO:
- No, Timoteo ¡no! Si a 5 le quitas 2 te quedarán 3, pero nunca te pueden quedar 25; pero bueno, ya que estás en el encerado, vamos hacer otra, 27 menos 2 ¿Cuántas son?
- TIMOTEO:
- (Un tanto sabioncillo) Pues 27 menos 2 son… son… son 7, ahora lo explico D. Rodolfo ¡Mirar chicos! un 2 y un 7 son 27 pero si a 27 le quitas el 2 nos quedan 7, ¿A qué sí D. Rodolfo, a que sí?
- D. RODOLFO:
- (Pausadamente y bastante desanimado). Sí Timoteo, sí. Si al 27 le quitas el 2 te queda el siete, pero… (echándose las manos en la cabeza dice) ¡Ay Dios mío! ¡Ay Dios mío! ¡Ay Dios mío! pero… ¡A qué escuela he venido Señor! ¡a qué escuela! Con la edad que tienen y que no sepan sumar… ni restar… Vamos a ver Timoteo, si a 27 le quitas 2 te quedaran 25, y si a 25 le sumas 2 serán 27 que son las que ya tenías, o ¿no?
- TIMOTEO:
- (Dejando la tiza y el trapo y encongiéndose de hombros) Lo que Vd. diga D. Rodolfo, lo que Vd. diga… pero el 7 ¿Para dónde lo mandó Vd.?
- D. RODOLFO:
- (Dando unas palmaditas en la espalda a Timoteo) ¡Anda! ¡Anda! Mira, tengo que salir y… cómo tú eres el mayor… te quedas un momento aquí al cuidado de todos. ¡Portaos bien! (D. Rodolfo sale y se queda escuchando detrás de la puerta, pues aunque tiene mala vista, tiene muy buen oído).
- TIMOTEO:
- : (Coge la varita del Sr. Maestro, da un golpe sobre la mesa y dice en voz alta) ¡A ver muchachos! ¡Atención! Como podéis ver, este maestro que nos han mandado, no solo no ve, sino que tampoco sabe mucho, pues como habéis visto, si al 27 le quitas el 2 quedan 7 y él dice que quedan 25. Como ya es viejo, es mejor decirle a todo que sí, porque habéis visto que se pone muy nervioso y le puede decir a la bruja que entre en nuestra casa que nos corte una oreja y poco a poco nos quedamos sin nada y como es maestro… las brujas le hacen más pronto caso a él, así es que, a todo le decimos que sí; y otra cosa, ya lo sabéis… que a nadie se le ocurra decir que los que no vienen a la escuela son Juanito y Baltasar ¡Por si acaso!
Esto parece como cuando escuchaba, «Matilde, Perico y Periquín» en la radio y te quedabas con ganas de saber cómo sería la historia del próximo jueves, creo que era los jueves, ¿os acordáis alguno de vosotros de este programa? Lo patrocinaba «aquel negrito del África tropical que cultivaba el Cola-Cao«.
Espero el final de la historia.
Saludos.