Zarzuela del maestro Chapí dedicada a Torregamones: La Raposa

CUADRO PRIMERO

ESCENA PRIMERA

Al levantarse el telón se supone que es la salida del sol. Aparece la escena sola.

Música

(Se oyen las esquilas del ganado que se supone sale de la casa por la puerta trasera.)

EUSTAQUIO:
(Dentro.) ¡Tío Ciriaco!
CIRIACO:
(Idem.) ¿Qué?
EUSTAQUIO:
¡Que á las nueve vienen los esquilaores!
CIRIACO:
Ya lo sé.
EUSTAQUIO:
¡Traiga usté presto el ganao á la corraliza!
CIRIACO:
¡Güeno! (Cantando.)

Entre ovejas me paso
de Enero á Enero,
y casi tengo lanas
como un borrego.
(Se apaga la voz.)

(Se oye el toque de misa y pasean por la calle las mujeres del pueblo.)

CORO DE MUJERES:

Ya anuncia el campanario
la primera misa,
hay que llegar á tiempo
vamos de prisa,
pa que Dios se interese
por mis asuntos,
y á rezar una salve
por los difuntos.
El cura acaba pronto,
vamos andando,
y pa no perder tiempo
vamos rezando.
Por la señal
de la santa cruz,
Dios te salve María
y amén Jesús.
(Se aleja el coro.)

(Antes de acabar sale Aniceta de la casa remangándose los brazos. Saca agua del pozo, la echa en la pila, se santigua y se lava.)

ANICETA:

Qué gusto da lavarse
mu bien la cara,
cuando sale del pozo
fresquita el agua.
Nada hay más sano
que darse chapuzones
en el verano.
¡Hay qué emoción,
qué fresquita sale una
del chapurrón!

(Se enjuga con el delantal, vá á la leñera, saca leña y entra en la casa. Por la primera izquierda sale Lucas con una reja de arado en la mano, y una enrejada ó palo largo al hombro; pasa cantando por el foro.)

LUCAS:

Al paso de los güeyes
van los gañanes,
y al paso de los curas
los sacristanes.
Revecero de güeyes
fuiste algún día,
y ahora de gañán tienes
la bizarría.

(Se apaga un poco la voz. Se oyen dentro de la cocina golpes como de tronchar y partir leña, y se ilumina la cocina.)

Hablado

ANICETA:
(Dentro izquierda.) ¡Ustaquio!
EUSTAQUIO:
(Idem derecha.) ¿Qué?
ANICETA:
¡Entra en la leñera y párteme leña gorda!
EUSTAQUIO:
(Saliendo.) Allá voy, mujer. ¿Qué tocurre?
(Vá hácia la ventana.)
ANICETA:
Pero, ¿no más oido?
EUSTAQUIO:
Sí; que quies leña.
ANICETA:
Gorda. Tráela y pártemela.
EUSTAQUIO:
Güeno, pero déjame cantes te mire siquiá una miaja.
ANICETA:
¡Que se va á apagar esto!
EUSTAQUIO:
¡Qui sia apagar! ¡Tan y mientras que tú lo mires, no se amortece, no! ¡Miá, miá! ¡Como chisporrotea! Lo mesmo, lo mesmo que yo.
ANICETA:
Pero, ¿me partes troncos ú no?
EUSTAQUIO:
(Yendo hácia la leñera.) Tú sí que me estás á mí partiendo por metá el tronco.
¿Hay muchos convidaos?
ANICETA:
No sé; pero viene ese señor de los votos.
EUSTAQUIO:
¡Ah, sí! El que quieren sacar hoy deputao.
ANICETA:
Y que ya debe estar llegando. Al salir el lucero, fué el amo á buscarlo con la tartana.
EUSTAQUIO:
(Saliendo de la leñera con varios troncos de leña y un hacha, dejándolos delante de la ventana.)
Aquí ties la más gorda.
ANICETA:
Parte, parte y échamela.
EUSTAQUIO:
(Partiendo y echando pedazos por la ventana.)
Oye, Niceta: ¿No ta dicho la señorita Prudencia?
ANICETA:
Sí. Que sigun paece, llega hoy al pueblo el novio que le salió cuando estuvo en su tía en Madrid.
EUSTAQUIO:
¡Pus anda que si se entera el tío Saturio!
ANICETA:
¿Y pa que estás tú, mas que pa que no se entere?
EUSTAQUIO:
(Se oyen voces.) Anda, anda, se conoce ya estai el deputao. (Vase por la izquierda.)

Los comentarios están cerrados.