PREÁMBULO
Hace unos meses, Alberto Pascual encontró una referencia a esta joya tras buscar en internet pinceladas de nuestra historia local, con el propósito de ayudar a componer el puzle de nuestra historia olvidada.
Poco más pudo obtener, pues la obra en sí, al ser una zarzuela menor del maestro Ruperto Chapí pues poca difusión ha tenido.
Ahora bien, siempre se pueden dar más pasos si en internet no extraemos lo que necesitamos. En este caso, Alberto se puso en contacto con la Biblioteca Nacional de España para obtener una copia del ejemplar, editado por primera vez en el año 1.892.
El letrista, zamorano, habitual colaborador de Chapí parece ser que incidía en temas políticos de actualidad. Y parece ser igualmente, que la fama que tenía el alcalde de Torregamones por aquellos años era digamos, más que cuestionable: el típico cacique que está acostumbrado a que todo el mundo haga lo que él quiere, según sus intereses y al margen del pueblo. Y cualquier problema en «su feudo» lo resuelve a palos.
Afortunadamente hoy, sólo quedan «secuelas» del caciquismo de antaño, si bien todavía existen algunas personas (eso sí, contadas) que intentan vivir de esas rentas y del miedo que estos caciques hicieron sentir a la gente, la cual, por no tener problemas, acató «su Ley del Oeste» sin rechistar.
Hoy día, la gente continúa sin querer problemas (en realidad nadie los queremos), pero el efecto pernicioso que esto tiene -y que no tiene visos de corregirse- es que reina una DESIDIA TOTAL en Torregamones. La gente ve que continúa desmoronándose su pueblo, y contemplan dicho declive sin mover su solo dedo… Quizás cuando esta decadencia acelerada ya les toque directamente sin remedio: su trabajo se recorte o desaparezca, no se puedan arreglar tuberías de agua potable, alumbrado público, etc. por falta de dinero público, desaparezca el ayuntamiento porque es necesario recortar gastos (de hecho desaparecerá y a saber dónde concentrarán la gestión de todo lo relativo a nuestro pueblo…), aumenten los robos y estos queden sin esclarecer de manera impune, observando impotentes los vecinos que cada día que pasa es más complicado resolver unos problemas que se escapan del control de cada familia, etc. etc. etc.
Tal vez en esos momentos sea ya tarde para pensar en fajinas, patrullas vecinales, trabajos colaborativos para sacar mejor rendimiento a lo que el pueblo puede ofrecer, etc. Con cada día que pasa, cada individuo estará más y más solo… Entonces sí que volverá la Ley de la Selva, la Ley del Lejano Oeste ¿zamorano?…
Os presentamos La raposa, zarzuela de Ruperto Chapí con libreto de Ricardo Monasterio, en el que cuenta -eso sí, con gracia- el caciquismo del alcalde que «reinaba«» en Torregamones en aquellos años de finales del siglo XIX.
Que lo disfrutéis,
Roberto Sastre