Hace varios meses, falleció un amigo mío de Cáceres, AMIGO desde hace unos 25 años, una persona con la que trabajé y compartí muchos momentos, un amigo muy querido. Después de su muerte, se hicieron homenajes, notas de prensa, etc.
Todos los días, desgraciadamente, se van personas queridas e importantes para alguien y dependiendo de si son conocidas o no, si tienen una proyección pública o no, hay un movimiento de reconocimiento más o menos popular.
Y yo me pregunto «¿Por qué reconocemos los méritos o los sentimientos en voz alta cuando alguien se muere?» ¡Si la persona a la que van destinados nuestros sentimientos ya no los oye! (o al menos no tenemos una prueba fehaciente de que los oiga) «¿Por qué no decimos en vida a quien nos importa que son importantes para nosotros?»
«EN VIDA HERMANO, EN VIDA…»
Fruto de estas reflexiones, hoy quiero hacer un homenaje a alguien ESPECIAL, para que sepa lo mucho que la quiero y lo importante que ha sido, es y será para mí; MI MADRE.
Mi querida mamá, recuerdo que una vez, en una de nuestras conversaciones, me decías que a veces te preguntabas si habías sido una buena madre, yo te dije “SÍ, para mí lo has sido”. No es sólo porque seas mi madre y se presuponga, sino porque no se puede ser mejor madre que tú.
Tú me lo has enseñado todo mamá, mis principios, mis valores, mis creencias, todo desde pequeñita y eso cuando uno es niño, o adolescente o adulto, a veces no se le da importancia, pero cuando alguna vez perdí el rumbo de mi vida, para poder levantarme y seguir, para poder saber por dónde empezar o por dónde continuar, volví a tus enseñanzas porque en definitiva eso era el faro de mi vida y lo sigue siendo.
A pesar de que ya soy digamos «más mayor», aún me sigues diciendo: «Hija, no te parezca mal que te diga esto, pero…» No mamá, tú tienes el privilegio de decirme lo que consideres oportuno, es el privilegio de ser mi mami, y no me parece mal, al contrario, ojalá nunca me falte, porque aunque no lo creas, lo que me dices, siempre lo escucho, lo guardo en mi memoria y siempre queda…
Te quiero mamá, y siempre te he admirado; siempre contenta (a no ser que alguno de tus hijos te demos algún disgusto), siempre con buen carácter, siempre amable, siempre has estado ahí…
Te quedaste viuda con 42 años, yo tenía 20 años y Rober 4, y tú solita tiraste del carro de esta familia, de tus 4 hijos, trabajaste por y para nosotros, aunque algún “disgustillo” que otro te dábamos, pero siempre intentabas hacer aquello que creías mejor, porque claro, de qué va la vida se aprende viviendo y aunque no soy madre, sé que ser madre se aprende siéndolo.
Tú me inculcaste el amor por la lectura, por los libros, que aún siguen siendo mi mayor tesoro material, me enseñaste a escribir, no la escritura que aprendemos en la escuela, sino a redactar, me enseñaste a que no es suficiente con hacer las cosas bien, sino a “terminarlas” bien.
Cuando era pequeñita me hablabas de Historia, no de la de España, porque no la habías estudiado, sino de la de Argentina, donde habías vivido, y yo siempre he sabido que no habías obtenido de la vida correspondencia por lo que eras y sigues siendo.
Y hoy, vas a clases de gimnasia, te gusta la pintura, te gusta la lectura, tocas un poco el piano, sigues trabajando y pasas tiempo con Carmen, tu nieta más próxima… y yo te sigo admirando mamá.
Nunca te he oído una mala contestación, ni un mal gesto, ni una palabra mal sonante y eso es un ejemplo para todos.
“No todo vale” ¿Te acuerdas mamá las veces que me has dicho estas palabras?Cuando me acuesto por las noches, duermo bien y en paz, con la “conciencia” tranquila. También cuando era pequeña me decías, para yo entenderlo, que al terminar el día y me acostara, hiciera examen de conciencia y si algo había hecho mal, al día siguiente rectificara; aun hoy, y explicándolo con otras palabras, pero con el mismo sentido, lo sigo haciendo, y duermo en paz…
¡Te diría tantas cosas mamá!
Pero lo más importante es que TE QUIERO, que eres MI MAMI, que siempre me tendrás a tu lado y que si siempre has cuidado de mí, yo cuidaré de ti…
Alicia Sastre
¡Qué palabras más bonitas!
Pienso que tienes razón, los Homenajes hay que hacerlos en vida, y el tuyo hacia tu madre es muy bonito. Posiblemente el resto de l@s hij@s sentimos lo mismo por nuestros padres, pero no lo sabemos exteriorizar.
Yo siempre quise mucho a mi padre, pero cuando se murió me di cuenta, que mi cariño era mucho más grande que el que siempre le demostré, durante mucho tiempo, agarraba su fotografía y le decía «papá te quiero» y luego me preguntaba ¿por qué no lo hice antes?
Tus palabras de homenaje hacia mí, querida hija, me ha llenado de una profunda emoción.
Yo, como todas las madres, pienso que siempre desean lo mejor para sus hijos y he procurado esforzarme para hacer lo mejor que pude, y a su vez, Dios me compensó con vosotros.
GRACIAS,… es lo que me sale de mi corazón emocionado.
¡Hola! Me ha encantado lo que he leído, me ha parecido muy bonito, muy emotivo. Yo, por mi parte, sólo quería añadir un poco más de cariño para ella en compensación por el que yo siento de ella hacia mí cada vez que nos vemos, tan de cuando en cuando y que, por otra parte, me recuerda también al de la abuela en otros tiempos y que tampoco olvido.
Besos para todos.
Hola Hortensia, hemos pasado mucho tiempo sin saber que nuestra existencia deparaba una información de que éramos parientes; ser padres, hermanos, primos, no se elije, SÍ a los amigos.
Tenemos una dicha enorme, ¡¡ NUESTROS HIJOS !! que reconozcan y que te EXPRESEN ESTOS HERMOSOS SENTIMIENTOS, porque no son palabras, son sentimientos expresados en palabras, olvidando todos los errores que cometemos los padres criando a nuestros hijos, pues mientras ellos aprenden a SERLO, nosotros aprendemos a ser papás.
Espero que pronto nos conozcamos, y poder decir que TENGO PRIMOS Y AMIGOS EN ESPAÑA, COMO Uds. puedan decir lo mismo de un primo y amigo que tengo en Argentina.
Un gran abrazo para Uds. desde la distancia.
Ricardo