NOTICIA BREVE:
Fecha: 08 de Noviembre de 2014
El vecino de Torregamones Alfonso Domingo ha procedido a cubrir con unas chapas las figuras que de piedra que convertían su vivienda en un atractivo turístico de la localidad de Torregamones.
Es una decisión que adoptó molesto por las personas que se acercaban al lugar y le importunaban pero, sobre todo, porque algunos llegaron al extremo de introducirse incluso en el interior de su propiedad sin estar presente, según afirmaron fuentes locales.
Parece ser, algunas personas no respetaban la privacidad de su casa e incluso iban más lejos y se tomaban la contemplación de las figuras como un derecho turístico, llegando hasta a reprochar al dueño del inmueble su decisión de admitir a quien quisiera.
La vivienda de Alfonso Domino se ha convertido en los últimos años en uno de los puntos del casco urbano de Torregamones digno de visitarse por mostrar en una de las paredes exteriores la figura de un herrero en plena faena. Aparece como observado por otra personas situada sobre una ventana. Pero el escenario artístico se completa, puertas adentro del gran portón, en la propia fachada de la casa, con las figuras de Clara y Hércules, más la talla de una grandiosa serpiente situada bajo la ventana principal.
La leyenda, según ha referido en ocasiones Alfonso Domingo, viene a ser una trifulca familiar que se saldó de modo artístico. Tras una discusión a voces, y luego con un cantado de Clara a Hércules, éste gritó que «te he de poner donde más te vean», y de este modo petrificó el tenso momento vivido petrificando a Clara en una de las jambas de la puerta de entrada a la casa, y a Hércules en la otra jamba. Es una escenografía llamativa, que los vecinos consideran un aliciente capaz de animar los encantos de una población enclavada en pleno Parque Natural de Arribes del Duero. Un motivo más que añadir a otros patrimonios como puedan ser Los Chiviteros y el mismo Fuerte Nuevo, que algunos consideran un reducto. Alfonso Domingo siempre hizo mención a un cierto agobio por parte de personas que no respetaban a un hombre amante de las faenas del campo y de una existencia tranquila.
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Fuente: La Opinión de Zamora.
Redacción.