Las Fiestas…
Recuerdo la fiesta del Templo bailando el ramo, y el baile en la plaza con tamboril y flauta, y más tarde la charambita de Elías tocando la dulzaina.
Recuerdo cómo el tío Celestino -que era poeta– hacía loas (logas las llamaban entonces) y convocaba a las comadres que le contaban los cotilleos del pueblo en lo cual él se inspiraba y decía: “Margarita, Isidora, válgame Dios Sebastiana, llamaréis a la tía Luisa y vendréis diquia mi casa”.
Recuerdo las matanzas y ese día se le daba la prueba a las amistades y de ahí viene el dicho popular: “Tu mataste la gallina y no me diste chicharrones, mañana mato yo y tú… te tocas los cojones”.
En las noches de otoño se hacía el serano en las plazas y los mozos y mozas se juntaban por los barrios y hacían baile (lo empleaban como pretexto para darse algún achuchón).
En las fiestas cuando los cohetes fallaban buscábamos dónde caían y lo explotábamos dejándole caer una piedra más gorda encima.
En los carnavales, antes de picar el gallo lo soltaban desde las campanas y corríamos a cogerlo y tocábamos la carraca y la matraca. Hacíamos con un nabo gordo una calavera con una vela dentro y se hacía un vía crucis hasta la ermita. La noche de ánimas los mozos hacían una lumbre junto al campanario y pasaban toda lo noche tocando las campanas.
Recuerdo el repique de campanas y los mozos cantando la misa los días de fiesta desde la tribuna y al tío Sierra que tenía muy buena voz cantando el encarnatus.
Y recuerdo cuando venían los titiriteros con el oso marenito y una cabra que subía en una escalera; y los cacharreros, el capador, el afilador (haciendo sonar el silbato) y los pimenteros (vendiendo pimiento para la matanza) y el pellejero (comprando las pieles) y la feria el día 25 con los tratantes (el más famoso era Fidel -muy gordo- con una chambra negra que sacaba un fajo de billetes atado con una cuerda para pagar los terneros).
¡Hola Pepe!
Me has hecho reír bastante con estas anécdotas y recuerdos. Hablando de gente que yo sólo he oído nombrar a mis padres pero sobre todo aprendiendo de todo lo que cuentas. Te animo a que sigas contándonos cosas porque lo haces muy bien y haces que uno se enganche a leerlas.
¡¡¡¡Enhorabuena por estas historias!!!!
¡Enhorabuena Pepe!
Y enhorabuena a todos los Josés y Josefas. Hoy es vuestro Santo.
Muchas gracias por haber compartido con todos nosotros tus vivencias. Es una manera de preservar nuestro legado.
Un abrazo,
Roberto Sastre.