Los Juegos…
Recuerdo cómo a falta de otros juguetes me los hacía yo; siempre tuve afición por las armas y me hacía los tirachinasz, las pistolas de madera. Recuerdo una que hice muy bonita con las cachas grabadas en cuadritos y un cañón de madera que después me dio miedo explotarlo y lo destruí.
Recuerdo cómo Paco Ferrero hacía una peonzas que le salían muy bien y yo no era capaz de hacerlas y Germanito hacía anillos con una perra gorda que al ser de aluminio él las modelaba muy bien y yo tampoco acertaba a hacerlos.
Con el tirachinas que siempre llevaba en el bolsillo mi madre me regañaba porque rompía el pantalón; yo le disparaba a todo lo que se movía: lagartijas, gatos, perros, pájaros, culebras… pero tenía muy mala puntería y solo recuerdo haber matado un jilguero y un gorrión. (Una vez cacé un ratón con una cazuela bocabajo y al cogerlo del rabo me mordió en un dedo).
Recuerdo un vez que Blasito me regaló una flauta metiéndomela por la ventana, cuando bajaban las vacas sonando los cencerros y las ovejas sus esquilas y el ruido de los carros en el verano y trillando en las eras.
Y cómo jugábamos con un aro, a la pídola, a las vistas (que eran las cajas de cerillas) y a capuntis y cabezas.
Con un palo de canillero (saúco) hacíamos taqueras y con la piel de ortigas los tacos.
¡Hola Pepe!
Me has hecho reír bastante con estas anécdotas y recuerdos. Hablando de gente que yo sólo he oído nombrar a mis padres pero sobre todo aprendiendo de todo lo que cuentas. Te animo a que sigas contándonos cosas porque lo haces muy bien y haces que uno se enganche a leerlas.
¡¡¡¡Enhorabuena por estas historias!!!!
¡Enhorabuena Pepe!
Y enhorabuena a todos los Josés y Josefas. Hoy es vuestro Santo.
Muchas gracias por haber compartido con todos nosotros tus vivencias. Es una manera de preservar nuestro legado.
Un abrazo,
Roberto Sastre.