La casa en la que nací
Uno de mis primeros recuerdos es de la casa vieja donde nací, que tenía una entrada desde la calle y a través de un postigo se accedía a un salón con el suelo de tierra donde había una cuba para el vino, un carretillo con tres cántaros y una estaca donde mi padre colgaba la escopeta.
También me recuerdo de la cocina con una gran chimenea y la baranda donde colgaban los chorizos y las morcillas de la matanza y de la reforma que hizo mi padre ayudado por su padre y hermanos.
En esta cocina debajo de las piedras del piso guardaba mi padre alguna cosa del contrabando como un jabón con pintas verdes y rojas que tenía muy buen olor y debajo de estas piedras una vez se cayó un pollito que después mi tío Gerardo rescató con una varita de mimbre.
Recuerdo como estando en la calle a la puerta de casa con mis juguetes (un martillo y un alicate) el padre de Cecilio le decía a mi madre “carajo, este muchacho siempre está haciendo algo” y hurgaba en los cables de la luz, que al ser de 125 voltios no me pasaba nada,… pero alguna vez me dio calambre.
¡Hola Pepe!
Me has hecho reír bastante con estas anécdotas y recuerdos. Hablando de gente que yo sólo he oído nombrar a mis padres pero sobre todo aprendiendo de todo lo que cuentas. Te animo a que sigas contándonos cosas porque lo haces muy bien y haces que uno se enganche a leerlas.
¡¡¡¡Enhorabuena por estas historias!!!!
¡Enhorabuena Pepe!
Y enhorabuena a todos los Josés y Josefas. Hoy es vuestro Santo.
Muchas gracias por haber compartido con todos nosotros tus vivencias. Es una manera de preservar nuestro legado.
Un abrazo,
Roberto Sastre.