Ahora que falta poco para las Navidades, quiero contar alguna cosa que hace años pasó en Torregamones, cuando vinimos mis padres y yo de Buenos Aires.
Entonces, todos los pueblos o mejor dicho toda España era pobre; la diferencia con Argentina era enorme.
Corría el año de 1.948 (cabe la posibilidad de que fuera 1.947, no recuerdo exactamente). Conocí al pasar de los días a chicas y nos hicimos amigas.
Entre ellas, Angelita Iglesias tuvo una genial idea: se le ocurrió que podríamos prepararnos para cantar en la misa de gallo. Queríamos que fuese distinta a la que normalmente se hacía en el pueblo.
Lo consultamos con Don Filiodoro -que era el párroco- y como nos dio su aprobación empezamos a ensayar.
Angelita Iglesias y su hermana nos prepararon para el coro; estuvimos mucho ensayando y al final salió bien. Fue muy divertido, disfrutamos mucho. Yo tenía y tengo aún un Nacimiento muy bonito y un árbol de Navidad que colocamos en la Iglesia. En aquel entonces todo eso era una novedad.
Llego el día de Noche Buena, estabamos emocionadas.
Subimos al coro: Julia, Camila, Angelita, Rosario, Araceli, Dorita, Carmen Muñoz, Herminia, Marcelina, y de Gamones un chico que se llamaba Paquito.
La Iglesia se llenó de gente, daba gusto verla entonces. No había bancos, muchos teníamos reclinatorios y otras llevaban sus almohadas para arrodillarse.
Para cantar los villancicos llevamos castañuelas, almirez, bandurria y un acordeón que era de mi abuelo.
Creo que nunca volvieron a repetirse otras navidades iguales.
Es una lástima que con el tiempo se vayan perdiendo muchas de esas costumbres.
Mucha gente deja de ir a misa y no se dan cuenta que esta es la unión con las personas que a lo largo de la semana no se ven.
Tal vez antes había más pobreza, pero la alegría de un domingo era mayor porque se dejaba de trabajar y se disfrutaba de un descanso, pensando los jóvenes en ponerse la ropa de los domingos, salir de paseo por la carretera y esperar la hora del baile.
Las madres, a ver a sus hijos cómo se divertían, y los hombres a echar su partida o simplemente a tomar un vaso de vino con algún amigo.
Esto es un poco de lo que yo he vivido en mi pueblo durante muy poco tiempo pero que lo recuerdo con nostalgia.
Un abrazo,
Hortensia Quintano
Buenas noches Hortensia, he leído el relato que has hecho de la misa del gallo del año 47 ó 48, me me ha hecho muchísima ilusión porque mencionas a una señora que es mi madre, me refiero a Carmen Muñoz, también conozco a Angelita. De veras que me satisfacen muchísimo estas historias del pueblo. Recibe un abrazo.
Hola Rafael:
He leído tu mensaje en el que comentas sobre mi escrito de la misa de gallo en Torregamones.
Tengo un lindo recuerdo de esa temporada pasada en el pueblo; recuerdo a tu abuela, a tu mamá y a tus tíos; éramos amigos y lo pasábamos muy bien los domingos en el baile.
Me alegra saber de ti y poder comentar cosas del pasado. Angelita y yo nos vemos en el pueblo en los veranos.
Tal vez algún día podamos conocernos.
Recibe un cariñoso saludo.