Tengo que comunicaros una triste noticia, tengo que desmantelar el telecentro.
Los motivos para el cierre del servicio son varios:
- El primero de ellos es la posible reapertura del comedor social, que como sabéis es donde actualmente estaba ubicado el telecentro, porque además de tener calefacción (en invierno nos congelábamos en el otro lado), utilizábamos la misma conexión a Internet que el ayuntamiento, con el consiguiente ahorro de costes.
- El segundo y que va en relación con el anterior, es que al volver a llevarlo a su sitio, habría que contratar otra línea de Internet y pagar la correspondiente cuota y actualmente entendemos que ese gasto no es prioritario.
- El último y más importante es mío y es única y exclusivamente personal:
Llevo casi dos años al frente del Telecentro, al principio disfrutaba viendo como sobre todo los mas pequeños, tenían un sitio donde acudir a divertirse, enseñándoles a defenderse con los ordenadores, e incluso ayudando a algunos mayores que se atrevieron a hacer sus pinitos con la informática; ha sido fantástico ver cómo el telecentro se convirtió en centro de reunión y punto de referencia del pueblo, incluso tenía algún/a voluntario/a que me sustituía cuando yo no podía abrir, o simplemente venían a hacerme compañía o a echarme una mano.
Pero como todo lo bueno se acaba, lo que empezó como un bonito proyecto, en el que se suponía que iban a participar un buen nº de voluntarios (recordaréis que se habló, que cuando se apuntaran suficientes voluntarios, se abriría todos los días) al final no solo no ha colaborado más gente, encima los que antes me ayudaban, con el tiempo se han ido desentendiendo.
No puedo culpar a nadie, porque a mí me pasa lo mismo, el problema es que hacer de voluntario un tiempo o en momentos puntuales, es muy gratificante, pero cuando ese voluntariado es permanente y se convierte en una obligación, deja de tener sentido y a la gente (yo concretamente) se le quitan las ganas de continuar.
En mi caso concreto además se junta otro factor fundamental y es que resulta que por las mañanas trabajo en el ayuntamiento y por las tardes en el telecentro, sin contar el voluntariado puntual de la asociación de vecinos (otro caso claro de falta de colaboración), todo ello sin ingresos y por la cara y encima a la mínima que cometo algún error, se me echan encima con críticas o comentarios fuera de tono; me han llegado a decir que si abro el telecentro es porque algo saco que si no, no estaría allí.
No espero que nadie me dé las gracias por lo que he hecho (nadie me mandó y lo hice con gusto) pero me gustaría que la gente valorase un poquito más la labor que he realizado y cuando cometa algún error me lo digan de buena fe para poder rectificar si estoy equivocado o por lo menos darme la oportunidad de explicar los motivos por los que tomo una decisión, soy humano y me equivoco muchas veces, pero también soy capaz de rectificar cuando es preciso.
Es una pena que algo que hacemos de buena fe, se pueda desvirtuar por culpa de las malas lenguas.
A pesar de todo, para nada descarto la continuidad del telecentro, después del verano o si al final no se abriera el comedor, sopesaré de nuevo su posible reapertura, siempre y cuando alguien más quiera echar una mano y ofrecernos unas horas de su tiempo libre, aunque sean días sueltos o sustituciones.
En caso de no ofrecerse ningún voluntario para abrir algún día, quedará totalmente descartada su apertura y el telecentro desaparecerá definitivamente.
Javier Sánchez
Cierto, es una lástima que se cierre el TeleCentro… pero… es lo que hay.
Muchas gracias por todo el cariño y buen hacer que has derrochado generosa y gratuitamente durante todo este tiempo en el TeleCentro, Javier.
El pueblo ha ganado durante un año y medio el tener un centro de conexión a internet, sin que nadie (ningún chaval, ni ningún mayor) haya tenido que pagar nada. Todo ha salido gracias a tu esfuerzo desinteresado para montarlo, junto con el pequeño voluntariado de algunas personas que te han ayudado a abrirlo de vez en cuando y también a los voluntarios que durante un año (hasta febrero de este año) han pagado la cuota mensual de internet (pues se comprometieron a ello).
Es un vivo ejemplo de que la voluntad, la generosidad, el pensar en los demás (y no tanto en uno mismo) puede llegar a conseguir que en un pueblo perdido de la mano de Dios como el nuestro, se puedan hacer tantas cosas como uno quiera, como la voluntad de un grupo fuerte, cohesionado de personas sueñe… pero la clave está en cada una de las personas que sienten su pueblo como algo importante (no es suficiente con propagar a los cuatro vientos lo orgulloso que uno puede estarlo), vayan dejando su testimonio constante y tenaz en pequeños proyectos que beneficien a Torregamones, participando con más personas que sienten lo mismo, sumando, remando en la misma dirección, intentando mejorar lo que existe y tal vez proponiendo nuevas cosas desde el corazón, desde la ilusión y la confianza en que la voluntad, la alegría compartida por los nuevos proyectos nos renuevan, nos hacen mejores personas y todo ello, redunda en que el pueblo se va limpiando de mezquindades y pérdidas de energía estériles (aquellas que se ceban en la crítica y se revuelcan en la misma como única justificación para sentirse vivos…).
Embarcarse en proyectos compartidos deseando una prosperidad para la gente con la que uno convive, es suficiente acicate como para que se vayan limando asperezas entre la gente… Eso sí, siempre y cuando a uno le importe su gente, su pueblo… si no, todas estas palabras son palabra muerta, también estéril.
De nuevo muchas gracias, Javier, por todo el tiempo que has entregado gratuitamente durante este tiempo para que el TeleCentro haya funcionado y movido la alegría de las personas que se han acercado hasta allí para beneficiarse de un servicio fruto de un trabajo desinteresado de las personas que de una y otra manera han participado, también generosa y desinteresadamente.
Un abrazo
Roberto Sastre
El verano pasado me pasé por allí y me encantó ver los ordenadores llenos de gente joven… Es una pena que lo tengas que cerrar, pero son totalmente comprensibles tus razones. Ánimo, Javier, has sido elegido para gobernar un pueblo noble pero desconfiado de todo lo nuevo. Por eso aún tiene más mérito cada cosa que consigas. A lo mejor algún día alguno de los que hasta ahora han disfrutado del telecentro se anima a echarte una mano en su reapertura. Suerte.