Ahora me acuerdo de un sueño muy parecido a una realidad que tuve cazando con Cesáreo en el pago de Retuerta.
Yo estaba detrás de él, un poco más retrasado. En un instante, sale un conejo negro con unas orejas muy grandes y al momento le disparo, tirando de la escopeta hacia arriba para evitar dar a Cesáreo. Sin embargo, creo que le he rozado con el tiro,… bueno más bien supuestamente lo he matado, pues queda tendido en el suelo, y me dice:
«Me has dado, Pepe, me has dado bien y estoy muerto».
Para hacerle ver que no he disparado (?), trato de demostrárselo poniendo la escopeta hacia arriba, tiro dos veces del gatillo y claro… la escopeta estaba descargada, efectivamente había disparado los dos tiros 😉
Como la coartada de mi inconsciente no me sirve, tengo que admitir que lo he matado.
Entonces le digo: «Perdóname, Cesáreo, perdóname que ha sido sin querer».
Y Cesáreo responde: «Di sí, pero me has dado y estoy muerto».
Entonces yo -al ver que habla- le digo:
«No hombre, no, que no estás muerto, que los muertos no hablan».
«Verás, vamos a preguntarle a este».
Entramos en un bar, en la calle Embajadores de Madrid, sale un camarero con su chaquetilla blanca y le pregunto: «Oye, este está muerto o está vivo?» y… en ese momento desperté…
Sueño muchas veces, pero luego casi nunca me acuerdo. En esta ocasión, como me hizo mucha gracia, recuerdo totalmente esta vivencia onírica 🙂
Como dato complementario, deciros que la escena había ocurrido realmente antaño, pero entonces yo estaba a su izquierda y matamos los dos el conejo disparándole al alimón.
Confío en haberos sacado una sonrisa.
Un abrazo
Pepe Ruiz Martín.